- Cantidad: 6 raciones
- Tiempo: 10min
- Precio: barato
- Calorias: -
- Dificultad:
Baja
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Te puedes pensar que la salsa holandesa, la clásica de los huevos benedict, es difícil de hacer en casa y nada más lejos de la realidad. La receta base es una emulsión de yemas de huevo, zumo de limón y mantequilla y te voy a enseñar como la hago yo de una forma rápida y que nunca me falla. En serio que esta versión es una salsa holandesa rápida e infalible.
Ingredientes
Elaboración
- Derrite la mantequilla en un cazo a fuego medio. Mientras, aprovecha para separar las yemas de las claras (las claras puedes congelarlas para más adelante o usarlas para "alargar" tortillas). Retira del fuego y reserva.
- Método 1 (batidora de vaso. Este es el método al que recurro casi siempre y para mi el más fácil, rápido e infalible).
- En el vaso de la batidora añade las yemas, 2 cucharadas de zumo de limón y, si la usas, la mostaza (si usas otros condimentos y son líquidos, como una salsa picante, añádelos en este punto). Tritura unos segundos para mezclar bien ambos ingredientes (si usas más cantidad, bate hasta que los huevos cojan volumen y blanqueen).
- Con la batidora en marcha, ve añadiendo la mantequilla en forma de hilo, lentamente y sin prisa. Verás que lo que cae es la parte grasa de la mantequilla (la parte "clara", por eso lo de mantequilla clarificada) y que en el fondo del cazo queda la parte de sólidos lácteos de la mantequilla. Cuando hayas añadido la parte líquida, la mezcla ya habrá emulsionado y puedes parar de batir. Importante, la mantequilla debe estar caliente para que la emulsión se mantenga, pero no hirviendo.
- Método 2 (varillas eléctricas)
- En un bol, añade las yemas de huevo, 2 cucharadas de zumo de limón y, si la usas, la mostaza (si usas otros condimentos y son líquidos, como una salsa picante, añádelos en este punto). Bate hasta que los huevos cojan volumen y blanqueen (puedes hacerlo con varillas eléctricas de mano o en una batidora de pie).
- Sin dejar de batir, ve añadiendo la mantequilla en forma de hilo, lentamente y sin prisa. Verás que lo que cae es la parte grasa de la mantequilla (la parte "clara", por eso lo de mantequilla clarificada) y que en el fondo del cazo queda la parte de sólidos lácteos de la mantequilla. Cuando hayas añadido la parte líquida, la mezcla ya habrá emulsionado y puedes parar de batir. Importante, la mantequilla debe estar caliente para que la emulsión se mantenga, pero no hirviendo.
- Método 3 (el tradicional)
- Vamos a hacer la salsa al baño María. Calienta agua en un cazo hasta que hierva y pon un bol encima sin que el fondo toque el agua.
- Añade las yemas y 2 cucharadas de zumo de limón al bol. Con unas varillas de mano, bate la mezcla hasta que las yemas blanqueen y hayan cogido volumen. Al levantar las varillas, la mezcla tendría que caer como una cinta. Si ves que la mezcla se calienta demasiado y aún no han montado las yemas, retira el bol del fuego y continúa batiendo fuera. Ve jugando con ponerla encima y sacándola de encima del cazo, esto es para que no se cuajen las yemas.
- Sin dejar de batir, añade la mantequilla en forma de hilo y lentamente para emulsionar la salsa. Si ves que la mezcla se calienta demasiado y aún no has vertido toda la mantequilla, retira el bol del fuego y añade la mantequilla sin dejar de batir. Devuélvela al fuego y así sucesivamente hasta terminar con la mantequilla. Verás que lo que cae es la parte grasa de la mantequilla (la parte "clara", por eso lo de mantequilla clarificada) y que en el fondo del cazo queda la parte de sólidos lácteos de la mantequilla. Importante, la mantequilla debe estar caliente para que la emulsión se mantenga, pero no hirviendo.
- Para Terminar
- Vierte la salsa en un bol y añade la sal. Si usas condimentos como especias o hierbas secas las puedes añadir en este punto (y si usas líquidas y no las has añadido antes también), mezclando muy bien. Si te ha quedado una salsa muy espesa, puedes ajustar la consistencia añadiendo más zumo de limón o agua tibia si no quieres intensificar el sabor a limón.
- Utiliza la salsa inmediatamente ya que no es una emulsión muy estable. Si necesitas mantenerla caliente durante algunos minutos (pero poco rato), puedes conservarla en un termo o en un bol encima de un cazo con agua caliente sin que el bol toque directamente al agua (fuera del fuego).
- Notas
- Las cucharadas (cdas) y cucharaditas (cdtas) son de las cucharas medidoras estándar (1 cda = 15 ml y 1 cdta = 5 ml).
- Mantequilla: la mantequilla para la salsa holandesa es tradicional y clásicamente mantequilla clarificada, por lo que puedes usar ghee si tienes. Yo parto de mantequilla porque es lo que solemos encontrar todos fácilmente y mientras se derrite no me preocupo en sacar los sólidos lácteos (la espuma blanca que va saliendo), porque al final quedan depositados al fondo y si cae algo a la emulsión no pasa nada.
Salsa holandesa
- Cantidad: 6 raciones
- Tiempo: 10min
- Precio: barato
- Calorias: -
- Dificultad:
Baja
Te puedes pensar que la salsa holandesa, la clásica de los huevos benedict, es difícil de hacer en casa y nada más lejos de la realidad. La receta base es una emulsión de yemas de huevo, zumo de limón y mantequilla y te voy a enseñar como la hago yo de una forma rápida y que nunca me falla. En serio que esta versión es una salsa holandesa rápida e infalible.
Ingredientes
Elaboración
- Derrite la mantequilla en un cazo a fuego medio. Mientras, aprovecha para separar las yemas de las claras (las claras puedes congelarlas para más adelante o usarlas para "alargar" tortillas). Retira del fuego y reserva.
- Método 1 (batidora de vaso. Este es el método al que recurro casi siempre y para mi el más fácil, rápido e infalible).
- En el vaso de la batidora añade las yemas, 2 cucharadas de zumo de limón y, si la usas, la mostaza (si usas otros condimentos y son líquidos, como una salsa picante, añádelos en este punto). Tritura unos segundos para mezclar bien ambos ingredientes (si usas más cantidad, bate hasta que los huevos cojan volumen y blanqueen).
- Con la batidora en marcha, ve añadiendo la mantequilla en forma de hilo, lentamente y sin prisa. Verás que lo que cae es la parte grasa de la mantequilla (la parte "clara", por eso lo de mantequilla clarificada) y que en el fondo del cazo queda la parte de sólidos lácteos de la mantequilla. Cuando hayas añadido la parte líquida, la mezcla ya habrá emulsionado y puedes parar de batir. Importante, la mantequilla debe estar caliente para que la emulsión se mantenga, pero no hirviendo.
- Método 2 (varillas eléctricas)
- En un bol, añade las yemas de huevo, 2 cucharadas de zumo de limón y, si la usas, la mostaza (si usas otros condimentos y son líquidos, como una salsa picante, añádelos en este punto). Bate hasta que los huevos cojan volumen y blanqueen (puedes hacerlo con varillas eléctricas de mano o en una batidora de pie).
- Sin dejar de batir, ve añadiendo la mantequilla en forma de hilo, lentamente y sin prisa. Verás que lo que cae es la parte grasa de la mantequilla (la parte "clara", por eso lo de mantequilla clarificada) y que en el fondo del cazo queda la parte de sólidos lácteos de la mantequilla. Cuando hayas añadido la parte líquida, la mezcla ya habrá emulsionado y puedes parar de batir. Importante, la mantequilla debe estar caliente para que la emulsión se mantenga, pero no hirviendo.
- Método 3 (el tradicional)
- Vamos a hacer la salsa al baño María. Calienta agua en un cazo hasta que hierva y pon un bol encima sin que el fondo toque el agua.
- Añade las yemas y 2 cucharadas de zumo de limón al bol. Con unas varillas de mano, bate la mezcla hasta que las yemas blanqueen y hayan cogido volumen. Al levantar las varillas, la mezcla tendría que caer como una cinta. Si ves que la mezcla se calienta demasiado y aún no han montado las yemas, retira el bol del fuego y continúa batiendo fuera. Ve jugando con ponerla encima y sacándola de encima del cazo, esto es para que no se cuajen las yemas.
- Sin dejar de batir, añade la mantequilla en forma de hilo y lentamente para emulsionar la salsa. Si ves que la mezcla se calienta demasiado y aún no has vertido toda la mantequilla, retira el bol del fuego y añade la mantequilla sin dejar de batir. Devuélvela al fuego y así sucesivamente hasta terminar con la mantequilla. Verás que lo que cae es la parte grasa de la mantequilla (la parte "clara", por eso lo de mantequilla clarificada) y que en el fondo del cazo queda la parte de sólidos lácteos de la mantequilla. Importante, la mantequilla debe estar caliente para que la emulsión se mantenga, pero no hirviendo.
- Para Terminar
- Vierte la salsa en un bol y añade la sal. Si usas condimentos como especias o hierbas secas las puedes añadir en este punto (y si usas líquidas y no las has añadido antes también), mezclando muy bien. Si te ha quedado una salsa muy espesa, puedes ajustar la consistencia añadiendo más zumo de limón o agua tibia si no quieres intensificar el sabor a limón.
- Utiliza la salsa inmediatamente ya que no es una emulsión muy estable. Si necesitas mantenerla caliente durante algunos minutos (pero poco rato), puedes conservarla en un termo o en un bol encima de un cazo con agua caliente sin que el bol toque directamente al agua (fuera del fuego).
- Notas
- Las cucharadas (cdas) y cucharaditas (cdtas) son de las cucharas medidoras estándar (1 cda = 15 ml y 1 cdta = 5 ml).
- Mantequilla: la mantequilla para la salsa holandesa es tradicional y clásicamente mantequilla clarificada, por lo que puedes usar ghee si tienes. Yo parto de mantequilla porque es lo que solemos encontrar todos fácilmente y mientras se derrite no me preocupo en sacar los sólidos lácteos (la espuma blanca que va saliendo), porque al final quedan depositados al fondo y si cae algo a la emulsión no pasa nada.
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